Buenos tardes estimados colegas

Colocar al hombre-varón-masculino en el eje central del proceso salud-enfermedad es una situación compleja, a partir del irrelevante interés, preocupación, motivación y costumbres sociohistóricas de la humanidad. Ser hombre-varón-masculino no regula acciones puramente masculinas o esquematiza programas de salud, la mediocridad de "perder la virilidad", "ver desvanecer la hombría", "las burlas de los amigos", "el miedo de dejar de gustarle las mujeres", son algunos de los pensamientos mediocres de algunos estudiantes de las ciencias médicas entrevistados. !Qué decir de la población masculina que atiendo un equipo básico de salud!; !qué opinar de las actividades de educación en el trabajo o la universidad respecto al tema de masculinidad y las acciones sanitarias necesarias para la prevención de riesgos y daños a la salud!, !qué cuestionable el rechazo a la realización del tacto rectal o examen de mamas por un profesional de la salud, así como aquellos profesionales que obvian dicha práctica para no verse comprometido en el desarrollo de la misma remitiéndolo a otro especialista en caso necesario!. Considero oportuno reflexionar sobre éstas y otras cuestiones referentes a la masculinidad y su salud desde la perspectiva de género. Se puede nacer hombre-varón-masculino, pero se puede enfermar o morir por mediocridad. Modificar la forma de pensar, sentir, actuar, así como las costumbres, hábitos y tradiciones no ocurren de un día a otro, se requiere esfuerzos, voluntades, perseverancia, dedicación, empeño e intersectorialidad. Lo más importante es comenzar ahora por demostrar lo que es mejor y necesario para todos, para convivir en armonía y salud, para lograr mayor calidad de vida y satisfacción. Muchas felicidades por la investigación realizada.

Saludos

Dr. Raidel González Rodríguez

Muy interesante su estudio y de mucha actualidad, necesaria su generalización hacia otros escenarios.